El ser humano, lleva innato desde que nace, una de las emociones básicas más limitantes con las que tendrá que convivir durante toda su vida, el MIEDO.

 

 

Y es que, sentir miedo es necesario, siempre en la justa medida, ya que garantiza su supervivencia.

 

En la infancia, casi todas las personas, pasamos por la misma clase de miedos, siendo el miedo a la oscuridad y a dormir sol@s, los más habituales.

 

En ocasiones, los adultos olvidamos el impacto que ocasiona el miedo en los primeros años de vida, pretendiendo que, con unas palabras de ánimo, se supere la impotencia que supone esta emoción limitante.

 

El bebé, pasa 9 meses apegado a la barriga de su madre y tras el nacimiento, se encuentra completamente desubicado.

 

Aunque el colecho, es una de las mejores opciones para generar lazos seguros en l@s primeros años de vida de nuestr@s niñ@s, conforme van creciendo, deben aprender a ser independientes para poder dormir sól@s.

 

Estos son algunos de los consejos que puedes poner en práctica.

 

Nunca le quites importancia al miedo de un/a niñ@, para ell@s es tan fuerte y real, como son los tuyos para ti.

No provoques que duerma sol@ de un día para otro, los procesos requieren ir poco a poco, consiguiendo pequeños logros cada día.

Habla diariamente de que, vuestra casa es un sitio seguro donde no hay peligros, donde al llegar la noche podemos descansar y coger fuerzas para el siguiente día.

Dale un objeto con el que se sienta acompañad@ durante la noche.

Coloca, si fuera necesario, una luz que se mantenga encendida toda la noche para evitar, la oscuridad total.

Recuerda: Reconocer que se tiene miedo, es de VALIENTES

 

Pero lo más importante es, utilizar el sentido común y no ser demasiado estricto en los tiempos que cada niñ@ necesita para asimilar nuevos retos.

 

Nuestr@s hij@s  tienen su momento para aprender a dormir sol@s sin traumas y no es nada aconsejable forzarlos siguiendo rígidos patrones de edad, etc…